ABC, junio de 2016
El impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) nunca ha conocido el fin de la burbuja inmobiliaria. Desde que estalló la crisis, el valor de la vivienda se ha depreciado de media más de un 30% entre 2007 y 2015 a lo largo del territorio. Sin embargo el IBI, que grava la propiedad inmobiliaria, no ha dejado de engordar su recaudación año a año. Entre 2007 y 2015 sus ingresos aumentaron un 71% hasta los 12.511 millones de euros frente a los 7.316 millones de 2007 o los 8.073 que sumaba la contribución urbana y rural en 2008. Así lo recoge el último dato de cuota líquida del Catastro, al que después se le suman las diputaciones forales –País Vasco y Navarra no están incluidas en el cálculo–. Por ello, la recaudación total incluyendo ambas regiones habrá superado los 13.000 millones, como ya hizo en 2014. Tras las elecciones municipales de mayo de 2015, el año pasado el IBI volvió a anotarse otra subida y aumentó su recaudación un 1,1%, con 101 millones más que en 2014. Al añadir los datos facilitados por la diputación de Vizcaya, los 7.525 municipios incluidos en el cálculo elevaron sus ingresos un 9,1% de media entre 2014 y 2015. Entre las capitales de provincia y ciudades autónomas, las que más aumentaron su recaudación por IBI el último año fueron Jaén (los subió un 11%), Ceuta (10%), Soria (7,89%) y Barcelona (7,73%). Frente a estas subidas de impuestos, la mayor parte de grandes ayuntamientos mantuvieron el tributo sin cambios (Madrid congeló su tipo el año pasado y la recaudación apenas subió un leve 0,2%).